Clara & Gonzalo

27 de abril de 2019

Qué suerte fue encontrar a Ana. Qué suerte llegar a su perfil y poder ver su trabajo y lo que transmite a través de él.  Y qué suerte quedar aquel día en aquel café y saberlo. Era ella. Es el equilibrio perfecto entre delicadeza, espontaneidad, profesionalidad y cariño. Y esperes lo que esperes de Ana…superará tus expectativas, como persona y como profesional. Y es que al final, contactas con ella por su trabajo, y te quedas con ella por cómo es.

No somos los novios más previsores, ni los más organizados…ni nos era fácil la idea de ponernos delante de una cámara. Pero Ana supo ver quiénes éramos. Y mientras hace su magia te transmite tanta confianza, tan buena energía, tanta naturalidad, que te olvidas de que realmente está haciendo su trabajo. Desde las fotos más divertidas en el caos más absoluto hasta las más emocionantes en los momentos íntimos. Todas y cada una de ellas somos nosotros, es nuestra gente, es ese día y su esencia atrapados en su objetivo. Y así lo sentimos cada vez que las vemos.

La sensación, incluso un tiempo después, es que Ana no fue sólo la fotógrafa del día de nuestra boda. Si no que ha sido una pieza muy importante en todo este viaje, manteniendo la autenticidad y cuidando los detalles antes, durante y después.  

Gracias, Ana. Por todo. Te elegiríamos (y te elegiremos) mil veces más.

Un abrazo muy grande, Gonzalo y Clara.