Quizá 2020 esté siendo uno de los años más difíciles para todos. Quizá estemos pensando en todo lo que se nos viene y en todo lo que no hemos podido hacer o hemos tenido que posponer. En los abrazos prohibidos, en los besos que se nos escaparon.
Pero también podemos pensar que el planeta nos da una segunda oportunidad para hacerlo mejor, para cuidarnos nosotros más y cuidar de los demás. Para dedicarle tiempo a los nuestros. Y es que, si algo hemos aprendido de todo esto, es que la vida no para, se abre camino de la forma que sea, y el amor no se pospone.
La semana pasada estuve con Sandra y Luis en uno de mis sitios favoritos, a una hora de Madrid y con un atardecer privilegiado. Se casan este año y, si algo tienen claro es que, pase lo que pase, lo más importante es que ellos están juntos. Porque cuando te comprometes con alguien, lo haces para siempre, contra viento y marea, incluso contra pandemias mundiales que trastocan toda nuestra vida. Así que, quizá y a pesar de todo, tenemos que estar agradecidos porque nos sentimos amados por los nuestros.

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